¿Dónde están los límites a la libertad de expresión en la red?


¿Existen límites a la libertad de expresión en las plataformas online? A menudo encontramos insultos y vejaciones a personas con cargos públicos, famosos o influencers. ¿Somos libres para actuar de forma anónima en las redes sociales escribiendo opiniones dañinas hacia terceros por sus acciones, sean estas ilícitas o no?

El derecho a la libertad de expresión es un derecho civil ligado a la vida pública. Esto fomenta el debate sobre el uso del ejercicio de la libre opinión en internet, ya que lleva implícito una serie de responsabilidades que deben terminar donde empieza el derecho al honor y la intimidad de cualquier persona, sea pública o anónima.

El caso del agregador de noticias Menéame

Este ha sido el caso del portal Menéame. El Tribunal Constitucional ha avalado la condena impuesta por la Audiencia Provincial de Málaga, a pagar una indemnización de 1.200 euros a Diego López, un concejal del PP de Marbella, por haber difundido en dicho portal insultos anónimos hacia el político marbellí.

Un usuario anónimo cargaba contra López llamándolo hijo de puta, ladrón de toda la vida o ladrón a secas. El motivo de dichos insultos se debió a los excesivos gastos de teléfono (1.400 euros) con cargo a la localidad malagueña. Menéame fue condenada, por difundir estos comentarios, por la Audiencia Provincial de Málaga y la sentencia ha sido ratificada no sólo por la Sala Civil del Supremo, sino también por el Tribunal Constitucional.

La sentencia explica la obligación de retirar esos contenidos de la plataforma, frente a lo que decía el portal, que alegaba que no les correspondía controlar las opiniones de los lectores de su página web.

El Constitucional considera que “la libertad de expresión no puede amparar expresiones puramente vejatorias, ni siquiera en un contexto de crítica política, cuando resultan totalmente innecesarios, se amparan en el anonimato y en un medio con extraordinaria capacidad de difusión como es internet.”

Dicha sentencia, recogida también en distintos medios como El diario.es y El País, sólo contó con el voto en contra de la magistrada María Luisa Balaguer, quien considera que el tribunal debió conceder amparo a Menéame, por haberse vulnerado su derecho a la libertad de expresión.

También aclara que en la sentencia se da un valor preponderante al derecho al honor del cargo público, prevalencia que en una sociedad plural “no resulta conforme con la función institucional reconocida a las libertades de expresión e información por la jurisprudencia europea y por la del propio Constitucional”. Balaguer añade que la resolución de esta solicitud de amparo “hubiera sido una buena oportunidad para abordar la cuestión de la titularidad de las libertades comunicativas de las plataformas en internet”.

EliminamosContenido y la libertad de expresión

Una de las líneas de trabajo de EliminamosContenido es asesorar a nuestros clientes que sufren esos comentarios dañinos y vejaciones para borrarlos de internet. Para ello, nuestro equipo de profesionales en este campo, compuesto por ingenieros informáticos y abogados, se encargan de ayudarlos desde el punto de vista legal como proceder para evitar una crisis de reputación.

El caso del político marbellí también lo sufren anónimos, influencers y personajes públicos, quienes reclaman la inviolabilidad del artículo 18 de la Constitución, que recoge el derecho a la intimidad, como también las limitaciones que guarda el artículo 20 de la Carta Magna sobre la libertad de expresión.

Influencers y famosos que sufren vejaciones en las RRSS

La influencer, Anabel Pantoja, ha sido criticada en innumerables ocasiones por su físico. A la sevillana la han llamado hasta ‘bola de grasa’ cuando salía de una piscina. Comentarios de este tipo y de otra índole han hecho que muchos personajes públicos abandonen definitivamente las redes sociales cansados de las críticas de los haters.

Cristiana Pedroche es otra famosa que a pesar de su éxito recibe innumerables críticas, la han calificado de ‘mujer florero’, ‘patética’ o incluso la han acusado de que luego no pida que a la mujer se le use como una mercancía, que haya igualdad, etc… cuando es la primera que usa su cuerpo como reclamo.

A la cantante, Soraya Arnelas, se la ha culpado de ‘mala madre’, la influencer Dulceida se quejaba en sus redes que le habían vejado, maltratado e incluso le habían llegado a desear la muerte. La periodista, Ana Pastor, también ha recibido amenazas en Twitter por sus comentarios en el programa El Objetivo. A la influencer Laura Escanes, le han llegado incluso a decir que no debía enseñar sus piernas en ninguna pasarela del mundo, llamandola ‘gordita’.

Esto es sólo un pequeño ejemplo de todos los comentarios dañinos que se pueden encontrar en internet y por los que nos llaman a EliminamosContenido, no sólo por la crisis reputacional que supone, sino también por el daño psicológico que causa. Todos estos insultos han conseguido que muchos personajes públicos y personas anónimas cierren sus perfiles en redes sociales, no porque así lo deseen, sino porque se ven obligados a ello debido a las secuelas psicológicas.

La libertad de expresión en un espacio público

Desde EliminamosContenido explicamos que la llegada de internet ha supuesto un cambio para la libertad de expresión, ya que no existe una Ley que regule totalmente cómo ejercer este derecho y donde están los límites en este espacio público. Un espacio, que bajo el anonimato, hace que muchos sobrepasen los límites de las libertadas adquiridas en un estado democrático y se fomente el discurso de odio y de agresividad, en diferentes contextos socioculturales.

En este sentido, en 2016 la Comisión Europea junto con Facebook, Microsoft, Twitter y Youtube firmaron un código de conducta (PDF) para la lucha contra la incitación ilegal al odio en internet.

Dicho código se aplica no solo a informaciones o ideas acogidas favorablemente o consideradas inofensivas o indiferentes, sino a todas aquéllas que ofenden, desconciertan o molestan al Estado o a cualquier sector de la población.

También aclara que la difusión de la incitación ilegal al odio en Internet no solo afecta negativamente a los grupos o individuos contra los que se dirige, sino que también incide negativamente en quienes defienden la libertad, la tolerancia y la no discriminación en nuestras sociedades abiertas, y tiene un efecto disuasorio sobre el discurso democrático en las plataformas en línea.

Es por ello, que desde EliminamosContenido defendemos la necesidad de que las propias compañías del sector busquen el equilibrio entre ellas y encuentren una normativa de regulación para discursos de odio y comentarios dañinos y la fijación de sanciones.

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Datos personales expuestos sin consentimiento, comentarios difamatorios sobre tí o tu empresa, fotos o vídeos subidos por terceros donde apareces… En Eliminamos Contenido te ayudamos a borrar esa información dañina que hay en Internet de forma rápida y sencilla.


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